Bailar...

Dice mi amiga Emily Sanchez que bailar es soñar con los pies. Yo creo que es la definición más acertada que he podido escuchar de esta actividad que amo incluso más que enseñar. Aunque es cierto que enseñando, no solamente como Profesora Universitaria durante más de 30 años en temas académicos relativos a la Historia de la Pedagogía, sino enseñando lo que he aprendido bailando durante estos últimos quince años de mi vida, he recibido infinidad de satisfacciones, no puedo negar que los momentos más felices de mi vida, son aquellos tres minutos y medio en los que he podido mover los pies al ritmo de una salsa llena de cadencia y de sabor.

Y no se crea que hablo desde la condición de una bailarina consumada. Muy por el contrario, mi relación amorosa con la salsa comenzó, yo diría que un poco tarde en mi vida, aunque soy fiel creyente de la idea de que nunca es tarde y creo que al menos a mí misma, me lo he demostrado. Sin embargo, el hecho de haber llegado hasta aquí, a los 62 años, y que Dios me haya concedido la gracia de poder seguir bailando, aprendiendo todos los días, haciendo ejercicio, conociendo gente que me rejuvenece y me hace sentir feliz y a la que quiero con locura y, en fin, de formar parte de esta gran familia salsera, de gente sana, joven y llena de pasión, considero que es una de las mejores cosas que me haya podido pasar en la vida.

Estos últimos tiempos se han tornado difíciles para todos. En particular, muchos jóvenes bailarines han tenido que optar por dedicarse a otras actividades más rentables, ya que en mi país, Venezuela, la cultura en general y el baile en particular nunca lo han sido y menos en estos tiempos. He visto con tristeza como la mayoría de nuestros mejores bailarines han tenido que partir a otras latitudes. En otros tiempos eso hubiera sido lo normal debido a que la profesión exige la formación constante, igual que cualquier otra profesión, y además muchos bailarines talentosos han sido requeridos en otros países. Sin embargo, la gran diferencia está en que ahora, la mayoría de ellos no regresarán, porque saben que, por ahora, aquí no hay futuro para su arte, o en todo caso su futuro es muy incierto.

Qué será de las nuevas generaciones de bailarines y bailadores? Cómo formaremos a la generación de relevo para que la cultura salsera no muera?

Es un gran reto el que tenemos por delante. Y sobre todo los más jóvenes, a quienes les queda la opción de apostar por un futuro que hasta ahora luce incierto.

BAILAR ES SOÑAR CON LOS PIES...
DIRÍA MI AMIGA EMILY SÁNCHEZ

 

Comentarios

  1. Existen muchos caminos a la felicidad, y definitivamente bailar es uno de ellos, y para mí el mejor!! Si, BAILAR ES SOÑAR CON LOS PIES!! Gracias mi Carmencita por nombrarme y tomar mi frase para iniciar un escrito lleno de realidad!! Te quiero muchísimo y admiro más!! Dios te bendiga

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    1. Dios bendice a los buenos. Tu también eres bendita. Y por eso nos va a ir bien en la vida a todos!!!!

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    2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Excelente artículo Carmensita. Pienso que hay generación relevo. Solo que hay que ir a los espacios sociales y mostrar este bonito arte :)

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  3. Excelente articulo, me encanto lo de "no puedo negar que los momentos más felices de mi vida, son aquellos tres minutos y medio en los que he podido mover los pies al ritmo de una salsa llena de cadencia y de sabor", por que eso mismo siento yo.

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