Bailar...
Dice mi amiga Emily Sanchez que bailar es soñar con los pies. Yo creo que es la definición más acertada que he podido escuchar de esta actividad que amo incluso más que enseñar. Aunque es cierto que enseñando, no solamente como Profesora Universitaria durante más de 30 años en temas académicos relativos a la Historia de la Pedagogía, sino enseñando lo que he aprendido bailando durante estos últimos quince años de mi vida, he recibido infinidad de satisfacciones, no puedo negar que los momentos más felices de mi vida, son aquellos tres minutos y medio en los que he podido mover los pies al ritmo de una salsa llena de cadencia y de sabor. Y no se crea que hablo desde la condición de una bailarina consumada. Muy por el contrario, mi relación amorosa con la salsa comenzó, yo diría que un poco tarde en mi vida, aunque soy fiel creyente de la idea de que nunca es tarde y creo que al menos a mí misma, me lo he demostrado. Sin embargo, el hecho de haber llegado hasta aquí, a los 62 añ...